jueves, 10 de diciembre de 2009

EXIGENCIAS

Lección 13: ante el vicio de pedir

Vivimos en una sociedad regida por el aquí y el ahora. Nuestros jóvenes son seres caprichosos cuyo lema es lo quiero, lo quiero ahora y , por supuesto, sin esfuerzo. Pero no sólo ellos, cada día las noticias nos hacen llegar destellos deslumbrantes de esta nueva cultura que gana adeptos sin freno.
Vamos a imaginar que tenemos una hija de 16 años y que quiere fumar cannabis, me apostaría algo a que lo hará a escondidas, pero imaginemos que nos lo consulta en plan melodramático añadiendo un afectado ¡¡¡y no tratéis de impedírmelo!!!. La escena es irrisoria. Ahora supongamos que lo que quiere es abortar, en este caso estaría obligada a comunicárnoslo y nosotros a permitírselo sin chistar...
Supongamos, por ejemplo que cualquier españolito de a pie vaya mañana a la embajada de Chinchiribitistán en Madrid a pedir la independencia de su patria, Chinchiribitistán del Oeste. ¿Que respuesta obtendría? Creo que oirían las carcajadas desde Sevilla. Ahora supongamos que es un chinchibiristaní sin papeles y con tendencias suicidas, que amenaza con demandar a los jueces madrileños si pretenden frustrar su intento número 42 de suicidio. En este caso, el embajador ya estaría subido en su jet privado para hacer una visita al maharajá de Chinchiribitistán.
Sigamos imaginando...imaginemos que un ciudadano cualquiera, eleva una protesta al los altos cargos del Estado por la presencia de insignias satánicas incitadoras a la violencia en el polideportivo municipal. Efectivamente, las carcajadas resuenan hasta en Huelva. Imaginemos ahora que otro ciudadano anónimo presente un escrito razonado pidiendo que se derriben las catedrales del país pues ofenden sus ideales y no hay que olvidar que este es un pais laico donde no se deberían permitir símbolos religiosos...En fin, así habrá mas terrenos para construir apartamentos.
Pensemos en una nación rica, floreciente, de amaneceres soleados y habitantes felices. Un hombre reclama, carta en mano, la subvención de 100 monedas de cobre que le concedieron hace 5 años. La risotada se oye desde Chinchiribitistán. Ahora veamos en nuestra imaginación un país empobrecido, asolado por el paro, sin recursos para cubrir subsidios ni pensiones. Un hombre un día va a los magistrados y pide que se le de un lingote de oro por cada latigazo que se dio a un pariente suyo en la plaza del pueblo hace 763 años por abusar de una cabra, puesto que hoy en día ya no es delito (siempre que la cabra sea mayor de edad, claro). Se entregan los lingotes que reclamaba el hombre y otros tantos a los parientes vivos de los propietarios de la cabra. Para determinar la ascendencia de los parientes, se gastan 1o lingotes más en realizar estudios genéticos.

Visualicemos al inventor de la batidora reclamando judicialmente un canon por cada mahonesa que se sirve en un bar...

Imaginemos que en la facultad de medicina se promociona a los futuros neurocirujanos sin aprobar la anatomía para no dañar su autoestima...

Supongamos que la ley de paridad llega a las aulas de enfermería, de arquitectura..., a las obras de la M30... y sólo se admiten números iguales de mujeres y hombres...

Supongamos que no pertenecemos a ningún colectivo minoritario, ¿tenemos derecho siquiera a opinar? Propongo que elevemos a los altos estadistas el concepto de persona-dentro-de-la-legalidad-sin-tendencias-ni-ascendencias-notorias. Los PDLSTAN seremos en breve el colectivo marginal en nuestra sociedad, basicamente a causa de nuestra propia estulticia.

jueves, 9 de julio de 2009

LOS NO-AMIGOS


Lección 12: Querido enemigo


Si hablamos de los amigos, no menos deferencia merecen los que no lo son, aunque sólo sea por su clara superioridad numérica. Los enemigos son un bien tan preciado como los amigos. De hecho, quizá, más. Un enemigo nunca te decepciona. Son ese grupo de personas de las que siempre tendremos claro lo que podemos esperar siempre y cuando sean eso, enemigos declarados.

El grupo más conflictivo es, para no variar, el intermedio, el de los no-amigos. Este colectivo puede llegar incluso a causar confusión, puesto que bajo una aparente cordialidad se esconden intenciones carentes de bondad, cuando menos, hacia la incauta víctima. Deberíamos, en nuestro propio beneficio, reducir al mínimo el número de personajes en esta situación, ubicando a los que corresponda como enemigos manifiestos y prescindiendo en lo posible del resto. Los no-amigos suelen tomar la apariencia de amigos excesivamente prudentes que no manifiestan sus opiniones e intenciones con claridad. El número de personas que son realmente tan cautelosas es ínfimo. Desconfiemos, pues seguramente en otros foros sí manifiestan claramente opiniones negativas de manera más o menos agresivas. Esto posiciona a la víctima en la más plena indefensión, pues desconocerá los comentarios hasta que sea demasiado tarde. Estas declaraciones a espaldas son doblemente peligrosas: porque no hay derecho a réplica y porque la audiencia, incluso los amigos reales, las creerán al no haber motivo para pensar que exista animadversión alguna.

Otro signo de la presencia de un no-amigo es el efecto dominó que provoca en el círculo común con su víctima. Los detalles sutiles como despistes, llamadas que no se devuelven, direcciones que se omiten en las listas de correos...suelen indicar actividad no-amistosa y deben ser tomadas como invitaciones a aumentar nuestra lista de enemigos. Cuando el no-amigo pasa a la lista de enemigos y así lo manifestamos entre los contactos compartidos, pierde su poder. Esta es la mejor y única forma de frenar la espiral no-amistosa, sin criticar ni azuzar contra el nuevo enemigo, sólo poniendo sobre la mesa su condición. No debemos dar mas detalles que los imprescindibles en nuestra declaración, a no ser que queramos granjearnos una nueva no-amistad...


Cuídame de mis amigos, que de mis enemigos ya me cuido yo...

viernes, 29 de mayo de 2009

ANEXO III: Manual de buenas maneras

Lástima que la etiqueta y los modales corteses caigan en el desuso paulatina pero inexorablemente. Baste un botón de muestra: los carteles luminosos que recuerdan la norma básica dejen salir antes de entrar. Son inútiles de todo punto, los mal educados son mayoría y próximos al analfabetismo... Si me cupiese alguna duda sobre ello, alternaría el mensaje anterior con este el jabón es bueno, el jabón es tu amigo, pero, como ya he comentado en otras ocasiones, las virtudes, como los defectos, son gregarios y recaen habitualmente en masa sobre una misma persona.

Con esta falta de base, entiendo que es complicado ir más allá, pero proseguiré para el lector avanzado (léase: aquel que conoce los beneficios del jabón sobre la colonia de litro y que utiliza el excusado en vez de levantar la patita junto a árboles y coches). El siguiente nivel también peligra: los buenos días se responden con gruñidos dignos del más próspero de los corrales. Los diálogos se convierten en monólogos simultáneos con el consiguiente aumento de volumen. No es que debamos tener la deferencia de escuchar a nuestro interlocutor, si no es oído, la culpa es suya por no gritar lo suficiente. Esto último se aplica también a los conferenciantes ilusos que pretendan ser escuchados en silencio.

Existió en otra época aún un nivel más de cortesía y educación. Hubo un tiempo en que las citas se planeaban con antelación y con la misma se anulaban. En aquel entonces se seguían toda una serie de normas no escritas y hoy olvidadas, como no insultar al anfitrión en su casa, no tomar la cena con las manos, no lamerse después los dedos, ni expeler gases corporales en reuniones sociales.

Faltan, pues, los tres niveles de educación y buenas maneras en esta nuestra sociedad del siglo XXI. Adolecen nuestros coetáneos también de etiqueta moderna, esa que deberíamos aplicar en lo personal y profesional como responder las llamadas de teléfono o devolverlas, por no hablar de los correos que no se escriben para no gastar nuestro valioso tiempo en escribir gracias o de acuerdo y pulsar el botón de enviar y los que se escriben de más mandando copias indiscriminadamente o plasmando por escrito cualquier tipo de falsedad o indiscreción. Obviaré hablar de la cortesía de escribir todas las letras de un texto o poner las tildes...

lunes, 20 de abril de 2009

LAS AMISTADES PELIGROSAS


Lección 11: Amistad, amistades






No puedo evitar la tentación de comenzar hoy mis reflexiones plagiando el título del genial Ch. de L. No quiero evitar la tentación de añadir a Madame de Merteuil a mi particular lista de distinguidas y brillantes damas...


Reparemos en la diferencia, que aun siendo clara, nos pasa desapercibida en ocasiones. La Amistad es singular. Las amistades constituyen un grupo de límites difusos. Difusos en cuanto al número de sus integrantes y difusos en cuanto a la intimidad a la que llegaremos con ellos. Tal vez en otra ocasión reflexionemos sobre la intimidad, física y la emocional... para el tema que hoy nos ocupa, tanto da una que otra...



La Amistad es un sentimiento puro, cercano al amor, sustentado por sólidos y hermosos pilares de confianza, respeto y empatía. Es un vínculo ajeno al tiempo y al espacio, que sólo pueden causar separaciones temporales, pero no romperlo. Es mucho más gratificante, sin embargo, cuidarlo y alimentarlo para que tiempo y espacio no lo empañen.



Las amistades, en cambio, estan atadas por pequeños lazos sujetos a mil conveniencias sociales, temporales y de interés. Exigen habitualmente más de lo que ofrecen y raramente son ciento por ciento desinteresadas.



¿Cuántas relaciones de cada clase podemos contar como propias? El lector inteligente hallará el corolario de esta lección por sí solo...

martes, 3 de febrero de 2009

MASCARAS


Lección 10: las apariencias



Todos sin excepción, lo reconozcamos o no, mantenemos una preocupación constante y más o menos moderada por las apariencias. Los humanos dedicamos mucho tiempo a construir una máscara eficaz y creíble. Eficaz para protegernos adecuadamente de los demás, impidiendo que accedan a nuestros secretos más íntimos, a la caja de Pandora donde guardamos nuestros sentimientos. Creíble para que nadie se tome la molestia de buscar más allá de ella, para que nadie sospeche que hay humanidad más allá de esa imagen de nosotros mismos que hemos fabricado para mostrar.

La mayoría de las máscaras son meros adornos, apenas algo de tela y unos encajes que enmarcan aveces incluso realzando el gesto y la mirada, sin intención de ocultar. Hay máscaras, en cambio, que cubren todo el rostro, pero hasta esas permiten que se vean los ojos y que se oiga la voz de quien tras ellas se trata de ocultar.

Dejadme ver vuestra máscara y os diré qué tratáis de ocultar bajo ella...